17/12/14

Soñar despiertos

Cuando somos niños soñamos sin miedo a sonar pretenciosos, pero cuando nos hacemos mayores dejamos de soñar. Ningún adulto confiesa que quiere ser Cristiano Ronaldo (futbolísticamente hablando), en cambio muchos niños sí.

El fracaso solo es síntoma de haberlo intentado. Es evidente que hay ocasiones en las que soñando y arriesgando sin control podemos perder mucho y debemos ser coherentes en ese tipo de situaciones. Pero lo que verdaderamente me llama la atención es otro tipo de situaciones en las que no tenemos nada o casi nada que perder y aún así aparece el miedo irrefrenable al fracaso y nos prohibimos a nosotros mismos soñar despiertos… ¿Por qué? Al menos si lo intentas puedes acumular una experiencia más, descubrir habilidades que no sabías que tenías y quién sabe, igual hasta sale bien, igual a la primera, quizás a la segunda o seguramente a la tercera.

Además creo que este miedo al fracaso incluye a la vez el miedo al qué dirán: ¿pensarán que soy muy presuntuoso? Pues seguramente haya mucha gente que lo piense, pero tú no tienes por qué ajustarte a sus expectativas. Es precisamente la gente que piensa así la que no lucha por sus sueños y yo, la verdad, prefiero probar suerte, solo puedo ganar, sino todo, al menos una parte :)

Creo que, en muchas ocasiones, la humildad está sobrevalorada y a cambio se fomenta un bajo autoconcepto de la persona. Socialmente no está bien visto decir que el día de mañana te ves como Director General de una gran empresa, pero sí que el día de mañana te ves en un trabajo normal. En el primer caso dirán de ti que tienes muchos pájaros en la cabeza, mientras que en el segundo caso no levantarás recelo.

Pero digo yo: ¿qué hay de malo en soñar? Los sueños, sueños son.