25/6/13

Cotillas

“En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por la práctica de su conocimiento y el respeto a la dignidad humana. Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:

- ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?

- Espera un minuto, replicó Sócrates. Antes de decirme cualquier cosa quisiera que pasaras un pequeño examen. Es llamado el examen del TRIPLE FILTRO.

- ¿Triple filtro?, preguntó el conocido.

- Correcto, continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la VERDAD. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?

- No, dijo el hombre, realmente sólo escuché sobre eso y...

- Muy bien, dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, la BONDAD. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?

- No, por el contrario...

- Entonces, continuó Sócrates, tú deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Sin embargo, aún puedes pasar el examen, porque queda un filtro: El filtro de la UTILIDAD. ¿Será útil para mí lo que vas a decirme de mi amigo?

- No, realmente no.

- Bien, concluyó Sócrates, si lo que deseas decirme no es cierto, ni es bueno e incluso no es útil, ¿por qué decírmelo?”

El usar este triple filtro en nuestra vida cotidiana, cada vez que oigamos comentarios sobre alguna persona, puede ayudarnos a cometer menos errores en nuestra convivencia y a ser justos y consecuentes con los demás.