3/8/10

Originalidad

En mi recién estrenado camino de conocer personas he podido observar la poca originalidad que tenemos. Todo se repite continuamente y me cuesta encontrar algo nuevo que no haya sido pensado o inventado con anterioridad por otro. Los gustos varían considerablemente de una persona a otra, incluso pueden ser opuestos, pero siempre son altamente susceptibles de coincidir con otra persona o con la misma idea que estaba ya preconcebida.

Quizás son originales los nuevos descubrimientos científicos o mecánicos: nadie había pensado en un aparato llamado teléfono antes de que Graham Bell lo hiciese... Pero es una originalidad forzada, utilitaria para hacer la vida física del individuo más sencilla. ¿Pero y la originalidad metafísica? Seguro que esta pregunta ya existe en la mente de algún neo-filósofo enrrollado como yo y quién sabe si de otro tiempo también.

Me da la impresión de que lo difícil no es aportar nuevas soluciones, sino plantear preguntas nuevas. Aunque no me sirve cualquier tipo de pregunta, pues cuanto más la persigamos más artificial será y si lo pienso mejor, más que novedad, originalidad significa naturalidad. Así que podríamos aceptar que las ideas comunes a la mayoría de personas pueden ser originales si son sentimientos puros, verdaderos. Esa es la única originalidad en la que creo.

Como con las personas...