17/9/12

Cuenta la leyenda…

La realidad confluye con la imaginación. De nuevo me encuentro desconcertada y no alcanzo a saber hasta dónde debo creer. ¿Será una paranoia? ¿Simples casualidades? ¿O es que la leyenda está cobrando vida? Temed, porque de ser cierto las consecuencias de actos pasados pueden ser terribles.

Una risotada suena en el vacío de aquel enorme charco. Paulattinamente aparece, el silencio más absoluto. Nadie sabe qué es lo que esconden en realidad aquellas tierras gélidas, aunque son muchos los mitos que circulan desde hace siglos.

Se cree que existe una criatura que se alimenta vorazmente de las paupérrimas almas de aquellos que intentan profanar su nombre.  Y yo os puedo asegurar que hubo gente que en ese lugar murió a manos de ella.  Sí, era ella y no él, porque la muerte, al igual que la ironía, tiene nombre de mujer…

12/9/12

Reminiscencia

Se parece a mi ex. Eso fue lo primero que pensé cuando le vi entrar por la puerta de clase hace ya unos años. Y ahí se quedó todo. Nunca cruzamos ni un triste “hola”, pero yo por las mañanas le miraba y pensaba que tenía algo, no sé si por aquella reminiscencia del pasado o porque realmente me parecía atractivo.

Pasó un año en el que no coincidimos en la misma clase, pero una de las novedades del comienzo de curso es que volvemos a estar juntos.  Cual fue mi sorpresa cuando de repente, sin venir mucho a cuento, se acerca a nuestro grupito a intercambiar impresiones sobre las nuevas asignaturas. Era la primera vez que oía su voz, al menos dirigida a mí. Era un paso.

Casualmente el otro día me quitaron el sitio y tuve que sentarme más atrás.  Justamente vi libre el asiento que él tenía detrás, que además era de los pocos que había libres, así que allí me senté… Me dijo que me veía diferente el pelo. Me encantó ese comentario, porque significaba que algo se había fijado en mí: antes y después. Y, la verdad, aunque sea una tontería me dejó con buen sabor de boca para todo el día. Detalles sutiles como este son los que marcan la diferencia.

No ha ocurrido mucho más, salvo aquel saludo que me brindó por los pasillos haciendo un gesto cariñoso de agarrarme ligerísimamente el brazo, aunque manteniendo bastante las distancias. Sin embargo, es algo que también me alegró.

La verdad es que no espero que ocurra mucho más, pero esta simple complicidad es algo que me hace sentirme bien con la vida y las personas. Seguramente él sea siempre así y ni siquiera habrá reparado en todos estos detalles, pero eso ni si quiera me importa.

4/9/12

Feliz cumpleaños a mi blog!

Pues sí, hace dos días mi blog cumplía años... 4 ni más ni menos!! Y espero que todavía le queden muchos más.

Este año continuaré plasmando mis reflexiones sobre la vida diaria, pero además quiero también documentarme sobre algunos temas y escribirlos aquí a modo informativo, como he hecho recientemente con la prima de riesgo y la hipotética vuelta de megaupload.

He de aclarar a ciertas personas que no escribo por alimentar mi ego (al menos la mayoría de las veces o como razón principal) sino por ordenar las ideas que pasan por mi cabeza. Siempre he dicho que este blog no lo escribo para sus lectores, sino para mí misma, así que no es mi intención que sea de vuestro agrado todo lo que aquí encontréis. De hecho muchas veces os quedaréis sin entender del todo a qué me refiero con mis posts, y que así siga siendo ;)

Sin más, feliz cumpleaños!!

Gilipollas

Por mí puedes pudrirte. Es asombroso como en unos días una persona puede pasar para mí de ser un nuevo tesoro por descubrir a ser de lo más ruin que podría existir.

La verdad es que no tienes ni puta idea de cómo tratar a las personas. Creo que ni siquiera sabes que lo que hay a tu alrededor son personas y no tus malditos juguetes. Pero eso no te excusa, a tu edad ya deberías haberlo aprendido.

Me pregunto a qué aspiras en lo espiritual. Si acaso no te complace el hecho de empatizar con los de tu alrededor y sacar provecho de lo mucho que te podrían brindar. Parece que no, que solo sabes despreciarlos. Una lástima porque, aunque no lo sepas, había gente interesada en exprimir lo mejor de ti de manera desinteresada.

Además me apostaría lo que fuera a que no has aprendido nada con esta situación. Yo sin embargo he aprendido (a parte de que eres un mierda de caballero) que no merece la pena mojarse el culo por aquellos que no ven más allá de su nariz. Y, aunque me duela, también me ha enseñado a no dejarme embaucar por las primeras impresiones y desconfiar de las personas con las que, a la primera de cambio, parece que todo va genial de la muerte porque luego todo es MENTIRA.

a tomar por culo

Desconexión

Mierda. Hoy todo me sabe a mierda.  Hay rachas y rachas y, aunque solo llevo a lo sumo dos días con este mal cuerpo, quiero que se acabe pronto.

Esto se nota en los más pequeños detalles. Por ejemplo: me encantan las frases de humor “bobo” (como yo jijij) y siempre suelo publicarlas en algunas redes sociales para compartir sonrisas con los demás. Desde luego hoy no es el primer día en el que no estoy 100% animada pero sí el primero en el que he puesto la frasecilla del día sin ganas, solo por guardar las apariencias. En realidad me gustaría poner de estado y bien grande: MIERDA.

Pero no lo he hecho, ni creo que lo haré. En su defecto he desactivado mi cuenta Tuenti y a punto he estado de hacer lo mismo con Facebook. Además he borrado el Whatsapp del móvil. No me imagino mi vida social sin estos utensilios, así que mi intención simplemente era desconectar esta última semana antes de que empiecen las clases y después volver a la normalidad.

Aunque ni esa mínima desconexión ha sido posible: minutos después ya volvía a estar todo restaurado. Me asusta, por qué no decirlo. Me asusta por ti y por todos.

Pero lo que más me asusta es el por qué se me antoja esa desconexión cuando en el fondo lo único que quiero es conectar contigo, directa o indirectamente…  Y es que es una mezcla explosiva de amor-odio lo que siento, de querer y no poder. De poder y no querer. Esa maldita sensación vuelve de nuevo. Qué casualidad.

MIERDA. Ojalá fuera todo más fácil. Ojalá no lleves razón. Y ojalá no leas nunca esto, pasen unos días y mi mente se aquiete como antes.