Te siento lejos, y cuando te siento lejos te echo de menos. Una sensación de aflicción me invade siempre cuando llega la oscuridad de la noche y no encuentro rastro de ti. Me retraigo e imagino que estarás entretenido con algo o con alguien y me sonríe el corazón por ti, pero en el fondo llora por mí. Es estúpido, egoísta y obsesivo pensamiento que incita a mirar instintivamente por la ventana en busca de una pequeña señal que, por un tiempo, me devuelva la alegría. No veo nada, dejaré un señuelo por si vienes en mi encuentro; es cuando no te tengo cuando más te necesito...
2 comentarios:
Hola, Paula, llegué a tu blog por un contacto en común, me pareció muy bueno. Voy a seguirte.
Aprovecho la oportunidad para invitarte al mío.
Un saludo desde Argentina.
Humberto.
www.humbertodib.blogspot.com
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Habló la que nunca está.
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