El verano ya llegó ya llegó ya llegó y la fiesta comenzó comenzó comenzó, el verano ya está aquí, llénalo de colores, de sueños y de amor... Algo así rezan todas las canciones y anuncios veraniegos: vacaciones, alegría, amigos y mucho tiempo libre. El problema está cuando tienes dos meses de vacaciones y no tienes nada que hacer, ni en el pueblo ni en la ciudad.
Es ahora cuando te das cuenta de que son muchos días y pocas las cosas que pueden llenarte o, por lo menos, entretenerte. Están los amigos, pero éstos son escasos y aunque puedes verlos una o dos veces a la semana el resto de los días solo estás tú (y tu madre). Visto lo visto empiezas a cultivar aficiones a la fuerza... ¿Pero qué aficiones? Tienes una pila de libros por leer y películas por ver y les metes mano, pero no solo de libros y películas vive el hombre, se necesita movimiento. Coges las deportivas que llevan un año guardadas en el armario y sales a correr un poco, pero muy poco porque como no tienes hábito (ni idea de cómo correr bien) te cansas enseguida y a la media hora ya estás en casa repanchingado en el sofá y de ahí a la nevera, de la nevera al ordenador (a no hacer nada interesante) y del ordenador a la cama, mañana será otro día y encontraré algo más motivador en lo que emplear mi tiempo y energías.
Esta vez no es la soledad que relatan los poetas, la soledad de estar solo teniendo a mucha gente, no. Es una soledad totalmente física que a veces te lleva a pensar que quizás tenga relación con el otro tipo de soledad. Por lo menos durante el curso veías a tus compañeros todos los días. Pocos de ellos calmaban la sensación de vacío interior, pero es evidente que todos calmaban la sensación de soledad física, aunque solo cruzaran un hola y adiós contigo. No pasa lo mismo en el pueblo, allí la soledad física es imposible: solo tienes que salir a la calle y te cruzas con alguien conocido. Otra cosa es que no te sientas a gusto...
¿Y dónde me siento yo a gusto? Pues en los pocos ratos de recreo en la gran ciudad, como ayer en la Gran Vía de risas y “en un polo de lima limón de marca conocida”. Mientras espero a repetir, estoy aquí sola y aburrida... Muy sola y muy aburrida.
3 comentarios:
Mmm.... tienes cámara de fotos? Yo es una de las aficiones veraniegas que aún tengo en el tintero, coger la cámara y salir solo por ahí a intentar sacar fotos chulas :P
La bici es otra de esas pasiones veraniegas, aunque llevo ya algunos años sin cogerla.
Y... bueno, no sé. Me cuesta creer que en una ciudad como Madrid no haya todos los días algún evento o algún "algo" en el que te puedas meter, goler, pasar el rato, o al menos que sirva de excusa para dar un paseo.
O haz como voy a hacer yo este verano. Bájate el SCUMM y mata ratos en la isla del mono :P (bueno, tb hay otras opciones y tal... que lo del scumm roza un frikismo importante xD)
Besos!
Me consta que tú no eres de deportivas empolvadas: mentiroooosa :)
A mí me recuerdan constantemente una frase cuando hablo de soledad que es la siguiente: "la soledad es buena si la deseas y un infierno si no es esperada" (es del refranero español, igual te suena la cita exacta).
Seguro que no te faltará gente a la vuelta, ni gente que te acompañe ya sea por aquí, por el móvil, por el Facebook o alguna "visita secreta", así que, no te quejes tanto por quejar santita, que más que una leonesa de ojos verdes, pareces el gato con botas llorando por ser mimado ù__u
Nyah~! Siempre aquí para ofrecerte la tierra ;)
Mmnn... Lo de la cámara de fotos lo tenía en mente el año pasado, igual lo intento, aunque tengo un pulso pa robar panderetas jajaja.
Y en la ciudad supongo que sí habrá muchas cosas que hacer, lo que no hay es gente en verano y menos gente dispuesta a moverse un poco xDD.
Y Deivid, no me lo puedo creer, no he oído nunca ese refrán! =O
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