Y si no lo siento, me lo invento, que la vida es mucho más sencilla mientras rumiamos absurdeces en vez de pensar en lo verdaderamente importante.
Ese hambre de banalidad no sacia de manera fácil, estamos enganchados a lo más superfluo y rudimentario para convertirlo mentalmente en el eje de nuestro día a día. Es un modo de escape ante el desconcierto de otros asuntos trascendentes que se ven relegados a un segundo plano emocional, aunque sean éstos, y no los primeros, los que nos definen como personas.
Locuras y razonamientos, música y silencios, gustos y disgustos, sonrisas y lágrimas.
31/10/12
22/10/12
Historia física de una atracción compleja.
- Recuerdo tu olor cuando estás cerca de mí. Tu aroma dulce aparece en momentos de soledad.
- Veo tu dorso desnudo, suave. Tu sonrisa mientras me hablas. Me transmite algo.
- Me impaciento, quiero que me arrolles de nuevo con tus brazos y roces mi cuello con tus manos. Así te siento cerca.
- Cuando oigo tu voz me doy cuenta de que se está creando un vínculo. Me preguntas qué tal y dejas constancia de que te fijas en mis pequeños detalles. Eso me gusta.
- Sin embargo, aún no sé cómo sabes…
Stairway to heaven.
3/10/12
Translúcido
Me pregunto por qué a veces cosas tan carentes de valores se hacen tan atractivas. La razón deja de funcionar y los instintos más primarios se desatan. No es mi intención ponerme freudiana, pero realmente es como si hubiera algo encerrado que quiere salir… O simplemente puede ser una vía de escape fácil ante el desconcierto de la realidad. Quién sabe, igual lo que pasa es que todo depende de las influencias del contexto, sin más.
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